La contaminación por partículas finas del aire ambiente o exterior, en las zonas tanto urbanas como rurales, provoca accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias agudas y crónicas.
Además, unos 2600 millones de personas están expuestas a niveles peligrosos de contaminación del aire en los hogares como consecuencia del uso de combustibles para hacer fuego y alimentar cocinas en que se queman queroseno, biomasa (madera, estiércol animal y desechos agrícolas) o carbón.